En el ferry
Croacia es un país que tiene mas de 1000 islas, sin exagerar. Por este motivo, el ferry es un medio de transporte muy habitual por todo el país. El puerto de Hvar es un continuo ir y venir de grandes ferrys, todos operados por la compañía "Jardolinja". Nos subimos en uno de estos grandes barcos rumbo a la isla de Hvar (se pronuncia "juar").
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| En el ferry |
El trayecto son unas dos horas, el mini-autobús en la bodega y nosotros en la cubierta superior. La gente aprovecha para descansar o tomar el sol, ya que pega con ganas. Los chistes se suceden durante todo el camino, y en un abrir y cerrar de ojos, las dos horas han pasado y estamos desembarcando.
Ciudad de Hvar
Una vez en el autobús, nos ponemos en marcha hacia Hvar. Dando un paseo por la ciudad, se puede respirar la influencia veneciana en muchos de sus rincones. La catedral de San Esteban, con su preciosa torre, es un ejemplo de esto. Realmente es muy agradable dar un paseo por las estrechas calles que ofrecen un agradable descanso al intenso sol de Julio.
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| La catedral de San Esteban en Hvar |
Enfrente de la catedral, al otro lado de la muy alargada plaza, se encuentra el puerto. Numerosos tenderetes de lavanda y productos típicos están alineados junto al paseo. El puerto está a rebosar de pequeños barcos deportivos. Llama la atención la intensa claridad del agua. Yo no he visto un puerto mas limpio en mi vida, conozco playas con bandera azul y aguas mucho peores.
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| Aguas cristalinas en el puerto |
El paseo se extiende por un pequeño pero cuidado camino que recorre el litoral rodeado de árboles. La rocosa costa crea decenas de pequeños rincones preciosos que la gente aprovecha para darse un baño. Las pocas "playas", por llamarlas de alguna forma, están rodeadas de hoteles.
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| Un rincon para bañarse junto al paseo |
Fortaleza Spanjola (española)
Después de dar un agradable paseo junto al mar, nos aventuramos a subir a pie a la fortaleza que corona la montaña que hay junto a la ciudad. El intenso calor y las empinadas pendientes no hacen buena combinación, pero no van a ser suficientes para detenernos. La subida empieza dentro de la misma ciudad, en una escalinata escondida entre las casas.
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| Escaleras en Hvar |
Unos cuantos escalones mas arriba, hay un cambio en el camino que nos saca una sonrisa a todos. La empinada escalera se transforma en un tranquilo camino que serpentea colina arriba bajo la sombra de los pinos. Un delicioso y fresco viento sopla en la colina como si nos empujase hacia arriba. Seguimos hacia arriba entre risas, disfrutando de la brisa y del camino. Conforme vamos tomando altura, la vista de la ciudad mejora poco a poco.
Nada mas llegar a la fortaleza, descubrimos coches aparcados en la puerta, y una carretera que sube desde la ciudad hasta la puerta por la parte de atrás de la montaña. Convenciéndonos de lo preciosa y divertida que ha sido la subida a pie, pagamos la entrada.
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| Una vision del puerto desde la fortaleza española |
La vista desde la parte alta de la fortaleza no tiene precio. Hace que con mucho haya merecido la pena la subida. La ciudad, el puerto, las torres, el bosque, las islas, el mar… Realmente increíble. Imponentes cañones apuntan hacia la bahía, desafiantes. La bandera Croata ondea con fuerza en la parte mas alta del castillo, orgullosa.
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| Los imponentes cañones vigilan el puerto |
Entre los muros del castillo descubrimos una pequeña cafetería a la sombra, y una sonrisa se dibuja en nuestras caras. Nos bebemos incontables botellas de agua, ya que la subida había sido dura. La hora que pasamos descansando entre los sofás a la agradable sombra y admirando las vistas desde la muralla fue algo maravilloso. Realmente recomendable. Algunas sillas se habían situado en la muralla, ofreciendo una "mesa" inmejorable.
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| En primera fila... inmejorable |
La bajada fue mucho mas relajada, ya con las fuerzas repuestas. Antes de coger el autobús, hacemos una parada en el mercado local, que vende fruta local a granel. Nos ponemos hasta las cejas de unas ciruelas de la zona, realmente deliciosas. Tras esta última parada, nos montamos en el autobús de camino al Ferry.
Hvar y la lavanda
Tradicionalmente, uno de los símbolos mas importantes de la isla de Hvar es la lavanda. Las fotos en las guías enseñan unos campos plagados de la misma. Nosotros, ya en el ferry de vuelta, no habíamos recorrido mucho la isla, pero vimos lavanda en un sitio: Los tenderetes del puerto. Tengo que reconocer que tenía muchas expectativas en este aspecto y resultó un poco decepcionante, es posible que no fuesemos a la parte apropiada de la isla... Aún así, la isla no deja de ser altamente recomendable.
Ferry de vuelta
El ferry de vuelta es similar al de ida: tranquilidad, solecito y muchas risas. Aprovecho el trayecto para hacer una improvisada y divertida sesión de retratos. De nuevo, sin que nos demos cuenta, el viaje ha terminado y estamos otra vez en Split. Ya que nos quedan 2 o 3 horas hasta la cena, aprovechamos para dar un paseo por la ciudad, pero eso es otra historia que se merece su propio post.
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| Uno de los multiples barcos cerca de Hvar |
Un saludo,
Rhadamon.
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