Entrando en Dubrovnik
La verdad es que se trata de una ciudad bastante grande, y tiene mucho más que el casco antiguo amurallado por el cual es tan famosa. Yo no tuve ocasión de visitar toda la ciudad, así que toda mi opinión está basada en lo que ví: El casco histórico. Dado que estuve dos días, voy a mezclar ambos para intentar hilar una visita con otra de forma mas o menos ordenada.
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| Vista de la ciudad de Dubrovnik |
Dubrovnik es una ciudad preciosa. Hasta tal punto que a veces no parece real. El estado de conservación de gran parte de la ciudad, unido a la intensa reconstrucción de la ciudad después de la guerra, hacen que a veces uno tenga la sensación de estar dentro de un gran decorado preparado para el turismo, hasta que te das cuenta de que es completamente real.
El autobús nos deja frente a la puerta de Pile, la entrada principal de la ciudad vieja. Ésta está protegida por un pequeño puente levadizo, que tras cruzarlo da a otra puerta mas grande. Tras cruzar esta segunda, llegamos a una plaza en la que empieza la impresionante calle principal (llamada Placa) que cruza todo el recinto llegando hasta el puerto. En la plaza se encuentra la fuente de San Onofrio, una antigua fuente que originalmente constaba de dos pisos, pero hoy en día solo se conserva el interior.
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| Fuente de San Onofrio |
El número de turistas que puede llegar a pasar por esta ciudad al día es abrumador. Para que os hagáis una idea, el suelo se ve perfectamente pulido (pese a tener muchos cientos de años) solo de los zapatos de la gente.
Paseando por Placa, vemos a ambos lados de la calle como se intercalan iglesias y casas particulares con restaurantes y tiendas turísticas, perfectamente integrados.
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| La calle principal (Placa) |
El puerto
La calle principal termina en la puerta sur de la ciudad, bajo la torre del reloj. Esta puerta nos lleva hasta el recinto del puerto viejo. Los muelles están repletos de barcos que por unos pocos euros te dan una vuelta a la ciudad por fuera. Como tenemos tiempo, decidimos coger el barco. El aire fresco del mar sienta muy bien, y el barco nos enseña las murallas desde fuera, dando una vuelta para ver la isla que está enfrente de la ciudad. La muralla es interesante, pero la isla de enfrente es bastante sosa.
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| Nuestro barco no era tan bonito |
Llama la atención el gran número de hoteles y mansiones privadas que pueblan la escarpada costa. Las pocas calas que hay entre los peñascos están muy disputadas. En este país las playas de arena no existen, lo mejor que puedes encontrar es una cala de piedras. Eso sí, el agua es cristalina, incluso dentro del puerto, por lo que la gente no necesita una playa para bañarse, montan un pequeño dique o una escalera donde buenamente pueden.
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| Un sitio tan bueno para bañarse como cualquier otro |
Callejear por Dubrovnik es genial. Todas las calles tienen un encanto especial, no es difícil escapar de la marabunta de turistas si te sales de las calles principales. En callejuelas estrechas encontramos rincones realmente peculiares. Perderse es difícil, ya que no es demasiado grande y siempre acabas llegando a algún sitio conocido, así que es divertido moverse al azar por la ciudad. La mitad de la ciudad está inclinada sobre la ladera, así que abundan las escaleras.
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| La mitad de la ciudad son escaleras... |
Las iglesias
A lo largo de la calle principal, encontramos numerosas iglesias. He olvidado los nombres de las mismas, pero ofrecen rincones dignos de ver, sobre todo en los grandes claustros. El conjunto de esculturas que decoran los capiteles de las galerías son realmente bonitos.
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| Claustro |
Estas iglesias tienen pequeños museos dentro de ellas, que son curiosos, pero tampoco llaman especialmente la atención. No es un imprescindible si vais justos de tiempo.
Las murallas
Este es uno de los recorridos mas interesantes de la ciudad. Aunque un poco caro (10€ por barba) el largo recorrido alrededor de toda la ciudad vieja merece claramente la pena. Las vistas de toda la ciudad son muy hermosas. Precaución con las horas centrales del día, el sol puede llegar a pegar muy fuerte, ya que las sombras son escasas y están muy cotizadas. Nosotros subimos a mediodía en Julio, y fue un recorrido duro :)
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| Vista de la parte norte de Dubrovnik desde las murallas |
Mirando tanto hacia fuera como hacia dentro de las murallas, no hay una vista fea. Personalmente la parte que más me gustó fue la parte norte de la muralla, la que se encuentra sobre la puerta de Pile.
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| Una de las muchas vistas desde las murallas |
Dubrovnik y los turistas
De toda Croacia, irónicamente esta es la parte en la que el turismo es peor tratado. Por todos los lados oirás historias de gente a la que han timado o intentado timar en restaurantes, así como acerca del desagradable trato con el público de la gente de la ciudad. Yo no tuve ninguna historia especialmente desagradable, aunque tampoco me pareció una ciudad para nada "acogedora". Supongo que dependerá mucho de la suerte de con quién te topes, como todo.
Rumbo a Split
A la hora de comer ponemos rumbo a la ciudad de Split. Como todavía es pronto, aprovechamos para parar en una pequeña calita donde comemos y nos damos un refrescante baño. La cámara se quedó en el autobús, así que no tengo fotos de la cala, pero os aseguro que el baño fue realmente delicioso. Tras disfrutar sin ninguna prisa de la playa, nos ponemos en marcha hacia Split para llegar por la noche. Cenamos y a la cama prontito, que mañana será un día también intenso: La isla de Hvar y la ciudad de Split.
Hasta mañana,
Rhadamon.
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