Sorpresas en la llegada
Llegamos al hotel después de comer, un poco cansados de andar de arriba a abajo, con ganas de bajar a darnos un baño a la playa que hay junto al hotel, o a la piscina, según se tercie. La primera sorpresa viene cuando descubro que mi habitación tiene el tamaño de un armario grande, o un cuarto de baño pequeño. En el suelo no hay suficiente sitio ni para abrir la maleta... Al menos la cama y el baño están bien, me resigno y me asomo a la ventana para descubrir una segunda sorpresa: La piscina está vacía y en obras. Bien... Rápidamente me pongo el bañador y me bajo a dar un bañito a la playa.
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| Mi super habitación. Al menos la cama estaba bien. |
Como ya he comentado anteriormente, en Croacia la palabra "playa" es un eufemismo en toda regla. Toda la orilla son enormes pedruscos que no resulta nada agradable pisar. Una vez entras y empiezas a flotar, la cosa mejora notablemente, el agua cristalina hace que se te olvide el que para salir vas a tener que volver a pasar por ahí. Recomiendo encarecidamente a la gente acostumbrada a la arena que lleve zapatillas de roca, porque si no darse un baño en el mar se puede convertir en algo bastante complicado...
Al final el baño resulta ser tremendamente reparador. Con las fuerzas renovadas, y ropa limpia (importante), nos volvemos a montar en el autobús para ver la ciudad de Zadar.
Impresion general
Zadar es una ciudad muy bonita, aunque un tanto distintas a las que hemos visto en los últimos días. En esta ciudad se respira un ambiente más moderno, en general. Numerosas iglesias y monumentos dan fe de su pasado, pero el aspecto general es de una ciudad reconstruida. No obstante, sigue siendo una ciudad preciosa y que merece la pena ver.
Como nota curiosa, resaltar que en Zadar puede resultar complicado visitar ciertos sitios con ropa veraniega ligera. Yo por llevar pantalones cortos no he podido entrar en una iglesia y casi no me dejan entrar en otra. Una compañera nuestra, como se le veían las rodillas, se ha quedado fuera en dos iglesias. Parece ser que la gente de esta ciudad es bastante religiosa. A mi parecer, es ser bastante retrógrado, pero cada cual es libre de pensar lo que quiera.
Resulta curioso cómo se mezclan en algunos puntos lo nuevo y lo viejo. Me llamó mucho la atención una cafetería que se ha construido sobre los restos de lo que parece una iglesia románica. Hasta tal punto que el ábside se había transformado en un almacén de sillas... No comments.
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| Lo nuevo y lo viejo |
Cosas que ver en Zadar
Zadar resulta una ciudad fácil y agradable para pasearla, pero hay varias cosas que hay que ver en la ciudad. Nuestra visita empieza en la impresionante Puerta de Zara, una puerta veneciana perfectamente conservada y bastante llamativa. En su centro hay un enorme león veneciano que parece vigilar a los transeúntes que pasan por ella.
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| La puerta de Zara |
El paseo nos lleva a través de muchos sitios interesantes hasta la impresionante Catedral de Zadar. La extraordinaria fachada es lo más bonito de esta iglesia. Es aquí donde casi no me dejan entrar, además, a los dos minutos nos echaron porque iba a empezar el culto.
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| La impresionante fachada de la catedral de Zadar |
Seguimos adelante, y muy cerca encontramos la iglesia de San Donato. Una impresionante basílica prerrománica que merece la pena ver. El peculiar guía (del que hablaré un poco más adelante) nos habla de la acústica del lugar, y nos insta a que cantemos algo para probarlo. Tras unas risas y unos generalizados arranques de timidez, una compañera de repente se arranca con una preciosa jota, dejándonos a todos anonadados (tanto a nosotros como a los demás visitantes de la iglesia). Tras unas risas y unas fotos, seguimos adelante.
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| Iglesia de San Donato |
A escasos metros de la iglesia de san Donato encontramos el paseo marítimo. El paseo en sí es muy agradable, pero tiene dos cosas que hay que ver en Zadar: El órgano de Mar y un círculo de luces llamado "pozdrav suncu".
El órgano de mar.
Este curioso y llamativo invento está situado bajo el paseo marítimo de Zadar, y básicamente es un órgano que utiliza las olas para mover el aire que hace sonar los tubos. Puede parecer una tontería, pero es realmente alucinante. El sonido que provocan es bastante aleatorio, pero están afinados de forma que suenan realmente bien. Es muy agradable sentarse a disfrutar de la melodía que genera el mar. Mientras estamos sentados un barco sale del puerto, generando algo de oleaje, haciendo que todos los tubos empiecen a sonar como locos... Alucinante.
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| Por estos agujeros salía el potente sonido |
Luces en suelo
Siguiendo el paseo se encuentra otro curioso invento que "hace juego" con el órgano. Se trata de un círculo en el suelo de unos 15 o 20 metros de diámetro, que durante el día va almacenando electricidad con unas células fotovoltaicas, y por la noche se ilumina usando esa electricidad. La cosa hasta ahí no tiene mucho secreto. Lo interesante del invento es que la luz varía y cambia de colores en función de como ha recibido luz a lo largo del día, por lo que cada día el espectáculo de luces es distinto. Lamentablemente solo lo pudimos ver de día, por lo que me lo perdí en todo su esplendor, pero youtube está lleno de vídeos de la cosa esa. Al parecer el nombre del circulito de marras es "pozdrav suncu" (en croata quiere decir algo así como "Saludo al sol").
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| El curioso invento de nombre impronunciable |
Atardecer en el mar
Terminamos la visita y volvemos al hotel. Después de la cena, como todavía nos hemos quedado con ganas de más, salimos a tomar una copa a uno de los bares junto a la costa. Allí, en una tranquila terraza sobre el mar, vemos ponerse el sol entre risas y tonterías. Cuando ya es noche cerrada, volvemos al hotel para descansar. Mañana toca la excursión que me interesa más de todo el viaje: El parque natural de los lagos de Plitvice. Algo que al parecer no deja indiferente a nadie.
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| Anochece en Zadar |
Buenas noches,
Rhadamon.
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