Amanecemos un día mas en Egipto, embarcados en el crucero pero todavía amarrados en la ciudad de Luxor. Hoy vamos a visitar los dos impresionantes templos que se encuentran en esta ciudad desde hace miles de años: Luxor y Karnak
Templo de Karnak
Tras un copioso desayuno en el barco, empezamos el recorrido de hoy con el templo de Karnak.
Karnak fue el complejo religioso más importante del Antiguo Egipto. Consta de numerosos recintos dedicados a varios dioses, pero el más grande e importante de todos es el dedicado al dios Amón-Ra. Forma parte de la antigua ciudad de Tebas, y todo el recinto fue declarado hace tiempo patrimonio de la humanidad. Para más información os sugiero consultar la wikipedia, que será mucho más precisa que yo. Artículo en español y en inglés.
Desde el propio parking del templo se pueden empezar a ver las gigantescas puertas del templo de Amon-Ra. Si desde lejos parecen grandes, conforme te vas acercando parecen crecer y crecer. Pasamos por la taquilla y llegamos a la entrada del templo, donde dos filas de esfinges parecen guardar la enorme entrada del templo. Estas esfinges son el extremo de la famosa avenida que unía los templos de Karnak y Luxor y de la que hablamos aquí .
La entrada nos lleva al primer espacio dentro del templo. Grandes columnas se podían encontrar aquí antiguamente. Hoy solo queda una de ellas en pie, y restos de algunas más. Aún así, el tamaño de la que queda en pie es impresionante. En este espacio se pueden observar algunas estatuas variopintas, incluida una de Cleopatra. Dos grandes estatuas más guardan el paso a la sala hipóstila, la siguiente zona del templo.
Un detalle curioso que podemos encontrar en este primer espacio es que se conserva una parte de las rampas de adobe que utilizaban para construir en altura de forma tan impresionante.
Después de un par de vueltas más, avanzamos a la sala hipóstila, la cual nos deja boquiabiertos. Filas y filas de impresionantes columnas se alzan a nuestro alrededor. Las dimensiones, tanto en altura como en grosor, hace que no parezca obra del ser humano. Todas las columnas están profusamente decoradas con diferentes motivos y jeroglíficos. Incluso muchas de las enormes vigas de piedra que conformaban el techo siguen estando en pie. Cualquier descripción que haga de este lugar no le podría hacer justicia.
Llama la atención la disposición de los capiteles de las columnas. La primera fila de columnas hacia cada lado tiene forma de papiros abiertos, mientras que el resto tienen forma de papiro cerrado. Esto se debe a que el techo original tenía más altura en la nave central, y unas ventanas dejaban entrar la luz por ellas. Esta luz incidía directamente sobre esta primera fila de columnas, de ahí que sean distintas. Algunos restos de estas filas de ventanas siguen todavía en pie en lo alto del templo.
La experiencia de pasear por esta sala, a primera hora de la mañana, con el sol que parece jugar con las formas que generan las luces y las sombras de una luz tan horizontal, no tiene precio.
Seguimos adelante para ver el resto del templo, ya que hay mucho que ver en poco tiempo (esto de las prisas parece empezar a covertirse en una constante de este viaje).
Nada más salir de la sala hipóstila, nos encontramos con dos gigantescos obeliscos, perfectamente conservados. La impresionante verticalidad de los mismos genera casi vértigo cuando miras desde su base hacia arriba. Las inscripciones mantienen un nivel de detalle que casi parece que las hubiesen hecho el año pasado.
Templo de Karnak
Tras un copioso desayuno en el barco, empezamos el recorrido de hoy con el templo de Karnak.
En marcha hacia el templo |
Karnak fue el complejo religioso más importante del Antiguo Egipto. Consta de numerosos recintos dedicados a varios dioses, pero el más grande e importante de todos es el dedicado al dios Amón-Ra. Forma parte de la antigua ciudad de Tebas, y todo el recinto fue declarado hace tiempo patrimonio de la humanidad. Para más información os sugiero consultar la wikipedia, que será mucho más precisa que yo. Artículo en español y en inglés.
Desde el propio parking del templo se pueden empezar a ver las gigantescas puertas del templo de Amon-Ra. Si desde lejos parecen grandes, conforme te vas acercando parecen crecer y crecer. Pasamos por la taquilla y llegamos a la entrada del templo, donde dos filas de esfinges parecen guardar la enorme entrada del templo. Estas esfinges son el extremo de la famosa avenida que unía los templos de Karnak y Luxor y de la que hablamos aquí .
Entrada del Templo de Karnak (recinto de Amon-Ra) |
La entrada nos lleva al primer espacio dentro del templo. Grandes columnas se podían encontrar aquí antiguamente. Hoy solo queda una de ellas en pie, y restos de algunas más. Aún así, el tamaño de la que queda en pie es impresionante. En este espacio se pueden observar algunas estatuas variopintas, incluida una de Cleopatra. Dos grandes estatuas más guardan el paso a la sala hipóstila, la siguiente zona del templo.
Una de las estatuas que guardan la entrada de la sala Hipóstila |
Un detalle curioso que podemos encontrar en este primer espacio es que se conserva una parte de las rampas de adobe que utilizaban para construir en altura de forma tan impresionante.
Después de un par de vueltas más, avanzamos a la sala hipóstila, la cual nos deja boquiabiertos. Filas y filas de impresionantes columnas se alzan a nuestro alrededor. Las dimensiones, tanto en altura como en grosor, hace que no parezca obra del ser humano. Todas las columnas están profusamente decoradas con diferentes motivos y jeroglíficos. Incluso muchas de las enormes vigas de piedra que conformaban el techo siguen estando en pie. Cualquier descripción que haga de este lugar no le podría hacer justicia.
Las columnas de la sala hipóstila |
Llama la atención la disposición de los capiteles de las columnas. La primera fila de columnas hacia cada lado tiene forma de papiros abiertos, mientras que el resto tienen forma de papiro cerrado. Esto se debe a que el techo original tenía más altura en la nave central, y unas ventanas dejaban entrar la luz por ellas. Esta luz incidía directamente sobre esta primera fila de columnas, de ahí que sean distintas. Algunos restos de estas filas de ventanas siguen todavía en pie en lo alto del templo.
La experiencia de pasear por esta sala, a primera hora de la mañana, con el sol que parece jugar con las formas que generan las luces y las sombras de una luz tan horizontal, no tiene precio.
Relieves en las columnas (incluidas algunas anotaciones griegas) |
Mirando al cielo en Karnak |
Seguimos adelante para ver el resto del templo, ya que hay mucho que ver en poco tiempo (esto de las prisas parece empezar a covertirse en una constante de este viaje).
Nada más salir de la sala hipóstila, nos encontramos con dos gigantescos obeliscos, perfectamente conservados. La impresionante verticalidad de los mismos genera casi vértigo cuando miras desde su base hacia arriba. Las inscripciones mantienen un nivel de detalle que casi parece que las hubiesen hecho el año pasado.
Uno de los impresionantes obeliscos de Karnak |
Al pasar los obeliscos salimos del eje principal del templo, hacia la derecha, para llegar a la piscina sagrada que se encuentra en uno de los lados del templo. La piscinita en cuestión tiene casi tamaño olímpico. Enfrente de nosotros una pequeña estatua de un escarabajo aglutina mucha gente a su alrededor dando vueltas de una forma bastante peculiar. Según nos cuentas, si das 7 vueltas alrededor de la estatua, se cumple un deseo. No se si la gente se lo creería o no, pero desde luego estaba todo el mundo dando vueltas como borregos.
Salimos del bullicio para perdernos por las múltiples salas de los anexos al templo. En cualquier lado al que mires impresionantes relieves cubren todas las paredes. Grandes escenas del faraón sometiendo a los enemigos, o junto a los dioses, ocupan todas las superficies imaginables. Incluso en las zonas fuera del recorrido turístico, la abundancia de detalles impresiona.
El faraón sobre los enemigos vencidos |
La visita se prolonga un buen rato más, paseando por las diferentes zonas del templo, admirando cada uno de los increíbles rincones del recinto. Sin darnos cuenta, el tiempo se va volando, y nos encontramos con el guía y nuestros compañeros con cara de circunstancias. Salimos del templo, con gran pesar, rumbo a otro maravilloso recinto en esta ciudad, el impresionante templo de Luxor.
Espectáculo de luz y sonido en el templo de Karnak
En el post anterior olvidé mencionar que después de la cena en el crucero, salimos a ver el espectáculo de luz y sonido del templo de Karnak. Aunque es entretenido, y algunos de los juegos de luz son realmente preciosos, lo realmente interesante es el templo en sí. Por lo cual debo decir que el espectáculo en sí está bien, pero tampoco es para tirar cohetes.
Juegos de luces durante el espectáculo |
Vista del templo iluminado desde la piscina sagrada |
Hasta el siguiente post,
Rhadamon.
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