Tras un rato esperando para poder entrar, nos montamos en un trenecito que recorre la primera parte de las cuevas hasta la zona más interesante. Este tren, un tanto precario, no tiene techo, al mas puro estilo "Indiana Jones y el templo maldito", y discurre por un túnel hecho a medida. Yo no soy una torre, pero soy alto, y debo decir que pasé miedo viendo las estalactitas y los techos pasar por donde estaba mi cabeza antes de agacharme a toda velocidad. Además la velocidad que llevaba el engendro era relativamente alta, por lo que daba la impresión de que mas de uno se había peinado el cerebro contra el techo del túnel.
Cinco o diez minutos mas tarde, el tren para en una pequeña explanada donde nos dividen por idiomas. La cantidad de gente que nos reunimos en la explanada es abrumadora, debe de haber cientos de personas. Nos apiñamos como ovejas de un rebaño y nos llevan por el recorrido de cueva parando en puntos concretos donde nos van contando historias. Personalmente odio este tipo de aglomeraciones, así que nos hacemos los tontos y nos vamos al final del grupo, dejando que se le alejen, para poder ir nuestro aire. El plan funciona, y en 5 minutos estamos prácticamente solos, en el espacio dejado por dos grupos.
El techo en la zona de espera |
Tranquilamente recorremos la cueva hablando y riendo, y disfrutando de hacer todas las fotos que queramos sin el agobio del grupo.
Un punto curioso de las cuevas es el llamado "puente de los rusos" (¿adivináis de dónde eran los que lo construyeron?). El puente no es gran cosa en sí, pero cruza por un sitio bastante complicado, y resulta un paso bastante estrecho. Viendolo recuerda en parte al puente de Khazad dûm
El puente de los rusos |
Seguimos por multitud de salas, algunas muy grandes y otras mucho mas pequeñas. Los juegos de luces provocados por la caprichosa geología crean cientos de rincones hechos para el recuerdo.
Juegos de luces en la cueva |
Resulta muy curiosa la sala de los espaguetis, que hace honor a su nombre.
Sala de los espaguetis |
Entre las múltiples curiosidades que ha creado el tiempo dentro de la cueva, se encuentran una especie de "cortinas de piedra", que son delgadas paredes que dejan pasar la luz de lo finas que son.
Cortina de piedra |
Otra cosa interesante/curiosa que hay en esta cueva es un bicho, al parecer único, que vivía en la cueva y ahora vive en una pecera como atracción para los visitantes. El animalito es una especie de tritón blanquecino bastante aburrido.
El "gusano" de las cuevas... |
Tras una vuelta por la zona de tiendas, y la compra de los recuerdos pertinentes, volvemos al autobús, rumbo de vuelta a la frontera y a Opatija.
Paseo por Opatija
De nuevo hoy, como nos queda un rato hasta la cena, aprovechamos para dar otro paseo por el paseo marítimo que hay junto al hotel. Tras el agradable paseo, volvemos al hotel para cenar e irnos a dormir.
Paseo de Opatija |
Mañana toca ver Pula y Rovinj, y un muy apetecible festival de fuegos artificiales por la noche en Opatija.
Buenas noches,
Rhadamon
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