Un vistazo rápido a Zagreb
Tras un viajecito medianamente largo, llegamos de Opatija a Zagreb. Moverse por dentro de la ciudad en el autobús no es especialmente rápido, y ya si te pierdes, menos todavía. Gracias a un despiste de nuestro simpático conductor debido a las obras, conocemos un polígono industrial en Zagreb.
Tras un par de vueltas, conseguimos llegar a la zona de la Catedral. Nos bajamos nos organizamos para ver algunas cosillas en la horita escasa que tenemos. La Catedral es realmente enorme, y el exterior de la misma está en un proceso de restauración bastante intenso (Una de las torres está impecable y con las estatuas enteras, mientras que el otro es de color gris oscuro y todas las estatuas están destrozadas).
Un curioso reloj en la plaza de la Catedral de Zagreb |
Nos damos una vuelta rápida por la zona, un pequeño mercadillo, unas calles bastante monas, y volvemos. Entramos en la Catedral, pero están en medio de un oficio, así que abortamos y salimos. Es una pena porque por el rápido vistazo da la impresión de ser bastante bonita.
Misa en la catedral de Zagreb |
Justo antes de irnos, en la misma plaza se empieza a reunir una especie de grupo de música tradicional, cuya edad media debía rondar los 70 años. Es una pena que no podamos quedarnos a verlo, porque tiene pinta de que va a ser muy interesante.
Reuniendo a la banda |
¡Esto es todo amigos!
Tras un rato, volvemos a juntarnos todos en el autobús para ir al aeropuerto. La visita a Zagreb nos ha sabido a poco, pero mejor esto que nada. Resignados, emprendemos rumbo al avion, que nos devolverá a la realidad del día a día. Realmente ha sido un viaje increible, áltamente recomendable y que no olvidaré facilmente (aqui estoy escribiendo, medio año después, y el recuerdo se mantiene todavía fresco).
No quisiera irme sin dar un saludo especial a todos los compañeros de viaje, y en especial a las dos personas que nos llevaron por este maravilloso país enseñandonos todos sus secretos: Illia (el conductor de nuestro autobús) y Milagros (nuestra guia en español), dos personas realmente entrañables con las que conectamos perfectamente (y eso que Illia no hablaba ni ingles ni español...)
Nuestro bus con Illia y Milagros al frente |
Hasta el próximo viaje,
Rhadamon
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